jueves, 23 de septiembre de 2010

El rey del Bosque

                  


   El protagonista de esta historia es un animal de extraordinaria belleza, el ciervo. Acabamos de entrar en la estación de otoño, época en la que nuestros montes se llenan de sonidos excitados. Desde Septiembre hasta mediados de Octubre (dependiendo de las lluvias) los ciervos machos se encuentran en todo su esplendor. Lucen sus cuernas altivos  y orgullosos. Tras varios días de luchas agotadoras, los machos ganadores cubren a las hembras de sus harenes. Después de ocho meses de gestación, las ciervas darán a luz en el mes de Mayo una sóla cría (raramente dos), denominada  cervatillo.
    El ciervo es un gran hervívoro que presenta un pelaje uniforme de color pardorrojizo durante los meses de primavera y que se torna a gris en los meses de invierno. Tiene una magnífica estampa con unas largas y fuertes patas, un cuerpo estrecho unido a un gran y robusto cuello, que al erguirse le proporciona un aspecto muy estilizado, terminando en una cabeza fina rematada por dos pabellones auriculares de gran tamaño, lo que le confiere una agudeza auditiva excepcional.
   En verano y en otoño, los machos presentan una gran cuerna muy ramificada, mientras que la hembra no dispone de astas. Por último, en la región anal, se aprecia una mancha blanquecina, visible sobre todo cuando el animal levanta la cola, que es de un tamaño relativamente pequeño en relaciñon al volumen del animal.
   Es considerado por muchos como el rey del bosque, habita, fundamentalmente, en bosques caducifolios, mediterráneos y mixtos con amplios prados donde pastar. Las preferencias por un tipo de bosque u otro viene dada por la cantidad de alimento que puede conseguir a lo largo del año. Por contra, no se los encuentra en zonas montañosas sin arbolado, pues se manejan muy mal en la marcha sobre rocas desnudas.


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